VERA WANG, hace escasos días en Nueva York, presentò su nueva colecciòn de vestidos de novia , la paleta elegida no fuè el tìpico blanco o vainilla, sino el caramelo y el negro. Entre los cortes más destacados, estàn las amplias y voluminosas faldas de tul y los cuerpos con ondas de tejido cortado al láser.
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En la tradición occidental el color de los vestidos es blanco, sin embargo esto no fue siempre así. La popularidad de este color se remontaría a 1840, cuando la reina Victoria de Inglaterra se casó con Alberto de Saxe-Coburg utilizando un inmaculado vestido blanco, elección que marcó una tendencia y que fue imitada por cientos de novias de la época. Antes de la época victoriana, la novia podía utilizar cualquier color para su vestido, menos el rojo, que era relacionado a la prostitución, aunque estos por lo general tampoco eran negros, ya que este era el color del luto.
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